No sé tocar ningún instrumento y canto fatal, lo reconozco, pero me encanta escuchar música.  Canciones.  Y quiero dedicar algunas publicaciones a contaros por qué. 

La música nos hace conscientes de nuestras emociones y escucharla hace aflorar lo que sentimos. Si además de escucharla, cantas y bailas, pueden ocurrir milagros.  De algún modo,  revives. No lo sabría explicar mejor. 

Me asustan las personas que nunca escuchan música porque presiento que lo reprimen todo. O peor, que no tienen nada que reprimir. Y algo todavía peor: los que escuchan machaconamente una o dos canciones porque eso es asesinarlas lentamente hasta convertirlas en ruido que tapa algo tan hermoso como el silencio. Hay momentos de música y momentos de silencio.

¿Qué escuchar? Pues lo que más te gusta.  El género musical que más te haga vibrar es el más adecuado. Y no me digas que no tienes tiempo,  que no me lo creo. Tampoco que no tienes dinero porque, si te tragas los anuncios, YouTube es gratis y si no tienes móvil hay transistores a la antigua usanza.

Relájate y pon una hermosa canción ahora mismo. O música instrumental si lo prefieres Si nunca te ha interesado la música empieza a escucharla ahora mismo.  Nunca es tarde para abrir tu corazón Gozarás. Te lo aseguro.